Los sentimientos tienen que ver directamente con las hormonas, es decir, con substancias que se producen en nuestras glándulas y que dirigen tanto nuestros procesos fisiológicos como nuestro comportamiento. “Se sabe que el cerebro de los peces óseos y el de los mamíferos emiten de una manera practicamente idéntica mensajes hormonales – la denominada respuesta neuroendocrina. Eso permite llegar a la conclusión de que esos mensajes se expresan en el ámbito del consciente y de los sentimientos”.
Investigadores han descubierto que la oxitocina, la hormona que regula comportamientos sociales, patrones sexuales y la conducta parental, no sólo regula en las personas, sino que también regula el comportamiento social de los peces en diferentes situaciones sociales. Esto se demostró entre otros animales en los cíclidos como la tilapia, los discos y los óscares, (peces muy apreciados en los acuarios). Los cíclidos son peces muy sociales que crían juntos a sus crías y que forman grupos estables estrechamente unidos.
Igual que nosotros, las personas, los peces producen la hormona cortisol cuando sienten estrés. En What a Fish Knows se describe el siguiente experimento: Un cirujano estriado fue encerrado en un cubo con agua que era lo suficientemente profundo como para tapar su cuerpo. Este tratamiento aumentó claramente el contenido de cortisol de la sangre: una señal inequívoca de estrés. A continuación los investigadores pusieron a los peces en un acuario en el que había una copia exacta de un pez limpiador. Los peces limpiadores son habitantes de los arrecifes que limpian a otros peces, como por ejemplo a los peces cirujanos, de parásitos, impurezas en la piel y de piel muerta. En un grupo el pez limpiador estaba inerte, en el otro grupo estaba dotado con un mecanismo que le posibilitaba un movimiento. Los peces cirujanos estresados nadaron inmediatamente hacia el modelo de pez limpiador que se movía y se apegaron a él. Eso sólo lo hicieron con el modelo que les podía acariciar. Resultado: las caricias del modelo les ayudó a quitarse el estrés, confirmado a través de la medición de los valores de cortisol.
“El experimento permite llegar a importantes conclusiones sobre la vida social de los peces y su aspiración a tener una vida de calidad”, explica Jonathan Balcombe, “este apoya la tesis de que en primera línea el disfrute de los peces les motiva a buscar a los peces limpiadores, puesto que aunque los modelos que se movían no quitaban ni parásitos ni ninguna otra cosa, los peces cirujanos nadaban hacia ellos”.
En la próxima entrada de blog hablaremos sobre la inteligencia de los peces y sobre otras cualidades de los mismos, cuestiones que el etólogo Johathan Balcombe, nacido en 1959 en el sur de Inglaterra y crecido en Nueva Zelanda y en Canadá, Doctor en biología, etólogo, con más de 50 trabajos científicos sobre el comportamientos de los animales y que ha escrito diferentes libros sobre el tema, nos explica en su libro “What a Fish Knows”. Un experto sobre la capacidad de sentir de los animales.
Fuentes:
- What a Fish Knows: The Inner Lives of Our Underwater Cousins Jonathan Balcombe Farrar, Straus and Giroux (2016) ISBN: 9780374288211
- Freiheit für Tiere Nr. 3/ 2018